Dicen que la cara es el espejo del alma, por lo que si llevamos una temporada en la que no damos pie con bola, mejor nos maquillamos para acudir a la fiesta… El mérito de un buen maquillaje puede permitir que el atuendo no deba ser necesariamente espectacular ni trabajado. Algunos buenos maquillajes pueden completar un atuendo normal. Es el caso de los maquillajes de muerto viviente, pues la fuerza expresiva recae fundamentalmente en la cara.
Si nos maquillamos como un vampiro de la saga crepúsculo, tampoco tendremos que invertir demasiado en el atuendo. Un tono de piel blanquecino o varios tonos más claro, una sombra oscura bajo los ojos, un poco de sombra oscura sobre los labios o betadine y unas lentillas de color rojo completan el repertorio necesario.
La máscara, el personaje de Jim Carrey, es fundamentalmente un maquillaje que refuerza el histrionismo del actor. Con una buena pintura facial verde y reforzando las líneas de expresión podemos conseguir algo similar.
Un look de payaso triste o siniestro no necesita estar acompañado de vestimentas estrafalarias. La base blanca o clara, sombra de ojos y rimmel corrido a modo de lágrimas. Pómulos marcados con sombra oscura y labios de color oscuro. El pelo despeinado a conciencia y la ropa desaliñada.
Podemos escojer un maquillaje de superhéroe, que imitará el modelo que nos inspire o podemos crear nosotros mismos un personaje y adecuar su aspecto a los colores y elementos definitorios del traje o a su personalidad especial.
Las caracterizaciones de animales, adoptando rasgos de su fisonomía o los colores de su pelaje también permiten obtener buenos resultados sin que brille nuestro atuendo.