Puede que un día notemos que el armario despide un olor hediondo y desagradable. Y es que la humedad en los armarios es un problema más que molesto que puede estropear los tejidos y dañar tus prendas más estimadas.
El primer problema que podemos encontrarnos a este respecto es que la habitación tenga humedad, pudiendo favorecer la aparición de hongos en la ropa. Por ello antes de atender el armario hay que intentar prevenir la humedad en la habitación.
En primer lugar, es fundamental ventilar periódicamente los armarios. También debes limpiarlo de vez en cuando con agua y jabón. Usa alcohol de romero y un paño para limpiar las paredes, estanterías y cajones.
Para absorber la humedad puedes repartir trozos de tizas, bolas de gel o bolsitas con arroz y sal por el interior del armario. Si tienes un armario empotrado hay que aplicar en la pared una mano de resina.
Además de todo esto también puedes forrar el armario con papel pintado antihumedad. Si nos encontramos con un problema mayor y vemos que han aparecido manchas de moho en la pared, hay que aplicar un fungicida o frotarlas con un paño humedecido con una mezcla de agua y lejía.
Una vez seco nos dispondremos a aplicar una mano de resina o un sellador. Esta limpieza se debe realizar de arriba hacia abajo para evitar que la zona se manche de nuevo. Contra las polillas, otro de los enemigos de la ropa, nada mejor que la lavanda, cáscaras de naranjas o clavos de especias.
Por último, recuerda que abusar de la calefacción no es bueno en general, y que puede afectar a tu ropa favoreciendo la aparición de humedades. Entre 17ºC y 19ºC es una temperatura adecuada para no propiciar la humedad en el ambiente.