Sea una ocasión especial con amigos o familiares, al momento de poner la mesa no olvide las reglas básicas de orden y aseo. No abarrote la mesa con elementos de más y recuerde que todo debe estar limpio y en buenas condiciones. El mantel, por ejemplo, debe lucir planchado y sin manchas de comida. Con respecto al diseño, tenga en cuenta algo que haga juego con el resto de la decoración.
Unas flores o, si es de noche y la ocasión lo amerita, unas velas al centro, podrían resaltar todavía más la mesa. Es solo parte de la decoración, por lo que puede ser retirado sin inconveniente al momento de servir el alimento. Recuerda que siempre se sirve por la izquierda y se los retira por la derecha.
Procura una buena ventilación. Esto permitirá por ejemplo que los olores de tus comidas de aprecien pero no se queden en el ambiente durante un tiempo excesivo. El ambiente lucirá y se sentirá fresco.
Respecto a las vajilla y la cristalería, no es recomendable exponer todo tu “arsenal” puesto que ello puede llevar a que los invitados se confundan o incomoden de no saber cómo usarlos correctamente. De preferencia no sirvas más de cuatro copas (una para el agua, otra para el vino tinto, una para el vino blanco, otra para el champán), ordenadas en la parte superior del plato y de menor a mayor tamaño.
La vajilla tiene también algunas reglas básicas para su correcto uso. No coloques el plato directamente sobre el mantel. Usa platos llanos debajo de ellos al tiempo que colocas ambos sobre otra superficie llamada bajo-plato. Esto es para marcar cada lugar de un comensal en la mesa y para evitar manchar el mantel. Si los platos tuvieran alguna marca o logo, colocarlos frente al invitado.
Los cubiertos deben ser los necesarios. Solo una cuchara y un cuchillo al lado derecho, el primero con la parte cóncava hacia arriba y el segundo con el filo mirando el plato. Al lado izquierdo, en cambio, un tenedor con las puntas hacia arriba. Los cubiertos del té y/o el postre, se deben poner al momento de servir los mismos.