Bebidas alcohólicas, “calorías vacías”

El alcohol no se considera un alimento, pero tiene un aporte calórico importante. El alcohol, pertenece al grupo de drogas depresoras del sistema nervioso central, sustancias que entorpecen el funcionamiento habitual del cerebro, provocando reacciones que pueden ir desde la desinhibición hasta el coma, en un proceso progresivo de adormecimiento cerebral.

El alcohol, se metaboliza principalmente en el hígado. Son dos las enzimas hepáticas que se encargan de convertir el alcohol en una sustancia inocua. La cantidad de alcohol que podemos sintetizar estará determinada por varios factores tales como el sexo, peso del individuo, alimentación habitual del individuo, su estado de salud y nutricional.

Un consumo prudente de alcohol y que el organismo puede absorber corresponde a menos de 21 g de alcohol puro para hombres o menos de 14 g para mujeres.

El alcohol se metaboliza más lentamente de lo que se absorbe. Ya que el metabolismo del alcohol es lento, la ingestión se tiene que controlar para evitar que se acumule en el cuerpo y cause embriaguez.

El exceso de alcohol está pues condicionado por la capacidad que tiene el hígado de absorberlo y metabolizarlo. La parte sobrante se distribuye a otras zonas del cuerpo, donde el alcohol que no puede ser asimilado en el hígado puede alterar el funcionamiento de otros órganos y el bienestar psicológico.

El exceso de alcohol puede causar una gran variedad de problemas, que bien conocemos, pero quiero concretamente hablaros de los daños nutricionales que nos provoca el consumo en exceso de bebidas alcohólicas.

Los problemas nutricionales relacionados con la ingesta excesiva de alcohol tienen que ver con la disminución en la absorción de vitaminas y minerales, lo que conlleva a una mayor incidencia en infecciones y enfermedades.

Pero no todo es malo en el alcohol, muchos médicos recomiendan consumirlo, siempre con moderación.

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Categorias: Salud
Ultima modificación: 10/03/2013