Todos los años nos hacemos siempre el mismo propósito: cuidarnos un poco más y empezar seriamente a hacer ejercicio. Esto básicamente lo hacemos por medio de los gimnasios los cuales engrosan su número de asociados durante los primeros meses del año. Sin embargo, muy pocos logran con éxito su propósito y terminan arrojando la toalla al poco tiempo.
Llevar un ritmo de vida ajetreado, las dificultades en el entorno laboral, la vida social, compaginar horarios, el cansancio, las dolorosas agujetas, el estar falto de energía, estar cansado, el no ver resultados inmediatos o las dietas pueden hacer que los ánimos mermen mucho más rápido de lo que se puede llegar a imaginar una persona. Es por ello que te presentamos un par de consejos para no abandonar el gimnasio.
En primer lugar, lo indispensable es buscar un gimnasio al que te sea cómodo acceder. No te apuntes nunca a un gimnasio al cual tengas que cruzar media ciudad para poder hacer deporte. Lo fundamental es que tengas tiempo para entrenar y que no te quite tiempo de otras actividades. Ese tiempo que te ahorres en el trayecto podrás dedicarlo a otras cosas.
En segundo lugar, empieza suave. Lo ideal antes de hacer ninguna rutina de entrenamiento, si no has hecho ningún deporte en mucho tiempo, es que vayas mentalizado con adaptar a tu cuerpo al desgaste físico. En el primer mes verás cambios notables por la pérdida de líquidos pero los verdaderos cambios llegarán en un par de meses. Es una carrera de fondo por lo que no esperes lograr un cuerpo diez en dos meses de gimnasio.
Por último, tome el tiempo que esté en el gimnasio para desconectar de la rutina diaria y olvídese de la falsa idea de ir al gimnasio acompañado. Cuando la otra persona falle usted también fallará de su cita con el gimnasio. Lo mejor es estar determinado a que no puede faltar. Con determinación y perseverancia logrará el cuerpo que desea.