Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina actúan modificando los niveles cerebrales del neurotransmisor serotonina que están alterados en la depresión.
Los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina más conocidos son la fluoxetina (Prozac), y la paroxetina (Seroxat), entre otros. Junto a estos, hay otros antidepresivos relacionados, como la venlafaxina y la duloxetina, que además inhiben la recaptación de noradrenalina, otro neurotransmisor involucrado en la depresión. La duloxetina es el segundo inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina comercializado, después de la venlafaxina.
Si bien es cierto que no hay muchas diferencias entre la venlafaxina y la duloxetina, sí que encontramos dichas diferencias de forma más notable en lo referente a los problemas sexuales como el deseo sexual, la excitación o la afectación del orgasmo ya que la venlafaxina afecta más que la duloxetina. También se ha comprobado que la venlafaxina tiene más efectos secundarios que la duloxetina y es por este motivo que suele usarse como un medicamento de apoyo en el tratamiento de la depresión mayor. Estos dos fármacos se usan como antidepresivos en el trastorno de depresión mayor. Cuando se usan estos antidepresivos hay que dejar de tomarlos gradualmente para no tener el síndrome de retirada.
Estos inhibidores selectivos de la captación de serotonina y noradrenalina se elaboraron con base en la hipótesis monoaminérgica y en el reconocimiento de que los antidepresivos con acción dual amplificadora sobre los sistemas serotoninérgico y noradrenérgico serían más eficaces para el tratamiento de los síntomas emocionales y físicos de la depresión en comparación con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.