Unas manos expertas son capaces de transmitir energía positiva a la persona que recibe el masaje y el resultado es un estado de placer único y personal. El masaje es un conjunto de movimientos manuales rítmicos que se practican sobre la superficie y tejidos blandos del cuerpo. Generalmente se utiliza aceite para lubricar la zona a tratar de modo que el fisioterapeuta pueda deslizar las manos a la vez que ejerce una determinada presión.
Para un buen masaje hay que estar desnudo y abandonarse: Durante una sesión de masaje deberemos relajarnos y no intentar ayudar o averiguar aquello que el fisioterapeuta nos está realizando. La mejor forma es concentrarse en la respiración y en las sensaciones que el cuerpo nos transmite.
Silencio. La sesión de masaje se mantendrá en un ambiente silencioso. No obstante es aconsejable comunicar con toda libertad situaciones como el frío o la incomodidad que pueden desviar nuestra atención.
Además no comeremos inmediatamente antes de la sesión de masaje, vaciaremos la vejiga y no ingeriremos bebidas excitantes. Tomaremos conciencia de que ese tiempo es para nosotros y para disfrutarlo.
¿Qué beneficios obtenemos del masaje?
– Nervios: Disminuye la irritabilidad de los nervios y estaremos más relajados.
– Músculos: Aumenta nuestra capacidad de trabajo y la resistencia a la fatiga.
– Sangre: Favorece el retorno venoso y alivia la pesadez de las piernas.
– Linfa: Aumenta la capacidad de defensa ante las enfermedades.
– Huesos: Mantiene los huesos fuertes y sanos.
– Piel: Nutre y mejora el estado de la piel.