La quimopapaína es un derivado enziomático de la papaya, una fruta tropical, que se usa para tratar la hernia de disco. Se inyecta con una fina aguja entre las dos vértebras que colindan con el disco dañado o deslizado y esta sustancia actúa en solo treinta segundos. La técnica se llama quimionucleolisis y elimina la hernia discal sin cirugía, mediante un procedimiento muy poco invasivo. Al inyectar la quimopapaína se disuelve el núcleo pulposo causante de las molestias. Esta técnica acorta el tiempo de hospitalización y se evitan las complicaciones postquirúrgicas.
Durante la década de los ochenta del siglo pasado, esta técnica se puso muy de moda. Parecía que iba a sustituir por completo a las intervenciones quirúrgicas convencionales para tratar las hernias discales, hasta que fallecieron varios pacientes en Estados Unidos a causa de una reacción alérgica provocada por la quimopapaína.
En la actualidad se usa con poca frecuencia porque no es más efectiva que la microdisectomía, la técnica más común, que consigue acabar con el dolor en el noventa y cinco por ciento de los casos. Algunos profesionales médicos tratan de rehabilitarla, pero en general sigue existiendo el temor a la anafilaxis (una reacción alérgica muy severa). Estudios han estimado que este efecto secundario se produce en el uno por ciento de los casos. Otros efectos secundarios menos importantes de la quimopapaína son: parálisis de las piernas, espasmos o dolor en el abdomen, cambios en el color de la piel de la cara, estreñimiento severo, respiración dificultosa, vómitos, sarpullido, etcétera.