Ingredientes (para 6 personas):
PARA LAS PATATAS:
- 600 g de patatas.
- Aceite de oliva.
- Agua.
- Sal.
PARA LA SALSA:
- 2 cebollas.
- 2 dientes de ajo.
- Cayenas (cuantas más, más picante).
- Sal.
- Aceite.
- Harina.
- Pimentón picante.
- 1 vaso de vino blanco.
- Agua.
- 2 tomates (opcional).
- ½ cebolla extra (opcional).
Preparación:
- Lava las patatas y, sin pelarlas, ponlas a cocer en agua hirviendo con sal durante 15 minutos, de forma que no queden cocidas del todo.
- Retira la cazuela del fuego, deja las patatas enfriar, córtalas en cuadrados grandes. Calienta abundante aceite en una sartén y échalas a freír hasta que adquieran un tono dorado. Escúrrelas y déjalas reposando sobre un papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.
- Para la salsa, pon aceite de oliva en una sartén y sofríe los dos dientes de ajo pelados y picados, las cebollas peladas y picadas, y pimienta cayena al gusto (se supone que la salsa brava tiene que ser bastante picante) con una pizca de sal. Cuando ya esté pochado, añade un poco de harina y pimentón picante y ve removiendo rápidamente para que se vaya haciendo sin quemarse y sin pegarse. Vierte un vaso de vino blanco y deja que se reduzca más o menos a la mitad. Una vez reducido, sácalo todo y pásalo por una batidora, hasta que quede una papilla lo más fina posible.
- Hay quien rebaja la salsa mezclándola con salsa de tomate. Si te gusta más suave, haz una salsa de tomate con media cebolla pelada y picada en juliana, 2 tomates, una pizca de sal y azúcar para corregir la acidez y mézclala con la salsa que habías preparado antes.