Bailar es una manera maravillosa de darle emoción a tu vida: te ofrece una escapada de tus actividades diarias, una oportunidad para relajar, liberar estrés y concentrarte en ti mismo.
El baile según se asuma, puede ser la profesión de la vida, el mejor modo de pasar el tiempo libre, o sencillamente una manera más de gastar los ratos de descanso. Para los que optan por las dos primeras opciones, tomar clases de baile es un asunto muy serio, por eso agradecen que en cada ciudad exista la posibilidad de contar con buenos tutores.
Así lo consideran los anfitriones del Just One Dance Studio, que brinda sus servicios en varios condados de New Jersey como Essex y Hudson con el fin de llevar el placer del baile a los sureños. Según ellos, bailar permite conocer nuevos amigos y refinar las habilidades danzarias, que también es una forma de hacer ejercicios y perder peso de una manera divertida.
La especialidad de este estudio consiste en los bailes latinos y de salón, como la salsa, el mambo, la bachata, el merengue, la cumbia, el waltz, el hustle, y el hip hop, entre otros tradicionales o modernos. Su misión más importante, como ellos mismos refieren en su página digital consiste en proveer la mejor y más refinada instrucción danzaria, y que todos aprendan en una amigable y relajada atmósfera.
Otro centro de este tipo es el Continental Dance Club, localizado en el condado de Essex, el cual no solo ofrece también un completo servicio de clases privada y grupales en ritmos como el cha cha cha, el bolero, el tango, el fox trot y el swing, sino que además tienen una oferta especial para bailes de boda y ocasiones especiales como las fiestas de quinceañeras.
Por último, el Atrium Dance Studio, de Bárbara Capaldi, sito en el municipio de Pennsauken, en el condado de Camden, provee a los lugareños de una amplia gama de bailes latinos, pero también de un régimen de prácticas aerobias para ejercitar el cuerpo y mantenerlo en buena forma.
Trata de que cada clase de baile sea tan divertido como los lugares en los que finalmente mostrarás lo aprendido. En definitivas, bailar es un placer, nada menos.