Una costumbre muy molesta para quienes tienen perros es la de que estos orinen dentro de casa, pues además de antihigiénico resulta una molestia tener que andar limpiando siempre tras nuestra mascota. Estos orines pueden deberse a la necesidad de marcaje territorial, tener cerca una hembra en celo o a otros motivos. Normalmente los perros orinarán en sus paseos habituales, por lo que tal conducta suele ser aislada o puntual. Si se convierte en hábito entonces es cuando tenemos un problema que hay que corregir.
Lo ideal en estos casos es educar al perro desde que es cachorro, llevándolo al sitio donde queremos que evacue. Por lo general para enseñar a un perro a hacer sus necesidades en un sitio concreto procederemos de la siguiente forma:
Primero, lo sacaremos a primera hora de la mañana con el collar y la correa, y lo llevaremos a la calle o donde queramos que el perro haga sus necesidades. Una vez allí le quitaremos el collar y la correa y le animaremos a que se marche diciéndole su nombre y la orden correspondiente. Hay que mantenerse de pie y retirarlo si se acerca.
Al perro hay que darle unos minutos para sus necesidades y pasado un tiempo prudencial si no se retira o juega con otros canes lo llevaremos a casa con el collar y la correa. Si el perro hace sus necesidades hay que halagarle para que sepa que ha hecho bien. Así cuando se dé cuenta el perro irá al lugar indicado. Probablemente habrá que repetir este proceso unas cuantas veces pero al final aprenderá.
Hay que recordar que si el perro sólo orina al volver a casa habrá que encerrarlo en un sitio restringido ya que seguramente defecará cuando no estemos. Para que el perro esté suelto por la casa ha de haber orinado y defecado.