Las vacas son mamíferos que pertenecen a la familia de los bóvidos. Su domesticación se realizó hace más de diez mil años en Oriente Medio y paulatinamente se fue extendiendo a lo largo de todo el planeta.
Las vacas se han utilizado desde el principio de su domesticación para la realización de tareas agrícolas junto con todos los productos que se pueden extraer de ellas como pueden ser la carne, el cuero, los cuernos, la leche y los excrementos.
Estos animales son gregarios, es decir, en libertad viven en grupos o manadas. Suelen encontrarse en praderas o en entornos en los que no hayan muchas pendientes como los cerros donde pueden encontrar todo el pasto necesario que necesitan en su alimentación. Sin embargo, su hábitat varía si se produce bajo la supervisión del ser humano ya que en dicho caso debemos hablar de explotaciones. Si las vacas son destinadas a la producción de carne entonces estas vivirán al aire libre en corrales. En el caso de que las vacas se críen para la explotación láctea estas vivirán en granjas.
En las granjas podemos encontrarnos con que se apliquen tres métodos distintos. El primero de ellos sería la estabulación en el que las vacas vivirían de forma confinada en una serie de corrales donde poseen los comederos y los bebederos y que únicamente los abandonan en el momento de ser ordeñadas. En el segundo sería la semiestabulación en el que las vacas pasan una parte del día en los corrales y la otra parte del día en el exterior comiendo pastos. La última de ellas el pastoreo en el que las vacas solo regresan a los corrales para pasar la noche.