Los quirópteros comúnmente conocidos como murciélagos son mamíferos que desarrollaron sus extremidades en forma de alas, gracias a esta característica, es el único mamífero con capacidad de volar. Este orden está compuesto por más de mil cien especies. Se les encuentra en todos los continentes, excepto en la Antártica. Esta capacidad de adaptación, extendida por casi todo el mundo los a llevada a ocupar una gran variedad de nichos ecológicos, los únicos lugares del mundo donde no se les ha encontrado o visto son las regiones polares, las montañas más altas, las islas particularmente aisladas, los océanos y el centro de los desiertos más extensos. Junto con los roedores, son el único taxón de euterios (placentarios) que colonizó el continente australiano sin contribución de los humanos, donde están representados por seis familias. Es difícil establecer un solo hábitat para estos mamíferos ya que su capacidad de vuelo les permite colonizar zonas nuevas si llegasen a necesitar lugar de descanso y principalmente alimento.
Debido a la forma de vida de estos mamíferos y hábitos alimenticios, viven principalmente en colonias de cientos de individuos, estas colonias pueden ser permanentes o formarse solamente en épocas de crianza.
Los murciélagos utilizan como guarida cuevas y casa abandonadas, dependiendo de sus hábitos alimenticios se encuentran en árboles (frugívoros) lagos y ríos (insectívoros) y habitando cuevas y establos cercanos al ganado salvaje o doméstico (hematófagos).
Comúnmente estos mamíferos son animales temidos debido a leyendas que el hombre ha formulado por los hábitos nocturnos de estos mismos, pero al contrario de estos mitos, desempeñan un papel fundamental para la conservación de los ecosistemas.