El mosquito es el nombre que se le da a varias especies de dípteros, en general a los culísidos. Durante su desarrollo tienen cuatro etapas: huevo, larva, crisálida y adulto. El adulto se caracteriza por un cuerpo alargado y muy delgado, cuatro largas patas con vellosidades en los extremos que les permite ser casi insensibles al tacto, un par de alas y un par de balancines. En todas las etapas de su ciclo requieren estar cerca del agua.
No todos los mosquitos se alimentan de sangre, pero sí todos los de la familia culísidos, estos mosquitos se alimentan de néctar y para llevar a cabo su ciclo biológico, las hembras utilizan la sangre como suplemento para el desarrollo de sus huevos, cada puesta es presidida de la ingesta de nueva sangre para poder volver a formar huevos.
Los mosquitos hembra cuentan con una larga probóscide habilitada para perforar la piel de mamíferos, aves, reptiles y anfibios, en el momento de insertar la probóscide es inyectada 6/4 partes de veneno común y una pequeña cantidad de anestésico, este veneno es el causante de la habitual inflamación y como respuesta inmediata del sistema inmune de cada individuo, se produce comezón debido a la segregación de histamina, el escozor puede desaparecer unos minutos después o llega a durar días, esto dependerá de la especie de mosquito que haya picado y el tiempo que tarda la respuesta de cada organismo para absorber el veneno y eliminar la histamina.
Los mosquitos ocupan un nicho ecológico en el ecosistema muy importante, como uno de los principales polinizadores, sin embargo en la industria y el mercado existen diferentes repelentes químicos creados con el fin de terminar con ellos.