Los eclipses solares suceden cuando la luna se coloca entre el Sol y la Tierra. La luna proyecta su sombra en parte de la superficie de la Tierra y en estas áreas los espectadores experimentan un eclipse solar. Los eclipses solares de todos los tipos ocurren en promedio de dos a cinco veces por año. A través de la historia se han observado varios eclipses solares y se han desarrollado diversas creencias a partir de ellos. Muchas culturas antiguas los interpretaban como malos augurios mientras que otras personas en los tipos antiguos simplemente se aterrorizaban cuando de repente y sin razón alguna aparente el sol desaparecía.
Un eclipse total es el tipo más espectacular de eclipse, ya que en ciertas partes de la superficie de la Tierra el sol se bloquea por completo debido a la luna. Como todos los tipos de eclipses solares, un eclipse total de sol sólo puede ocurrir en una luna nueva, y sólo será visible desde una banda estrecha de la superficie de la Tierra que se extenderá a través del hemisferio que da al sol. Los eclipses totales comienzan con una pequeña porción del siendo oscurecida y resultando en la totalidad de la superficie del sol siendo bloqueada. Durante las horas del día en la tierra, todo se vuelve como si fuera el anochecer. Los eclipses totales de sol suceden en algún lugar del planeta aproximadamente cada cinco años pero en algún punto fijo, un eclipse total sucederá una vez en la vida de una persona.
Los eclipses parciales de sol ocurren cuando la órbita de la luna no se encuentra en su trayectoria correcta para bloquear completamente al sol. En un eclipse parcial de sol únicamente un fragmento del sol se bloquea. Esto puede ser cualquier parte de la mayoría del sol o sólo una pequeña porción. Los eclipses parciales son mucho más frecuentes que los eclipses totales pero mucho menos espectaculares. Sin embargo son visibles en una banda mucho más amplia de la Tierra que los eclipses totales.