Llamamos efecto invernadero al proceso por el que diversos gases, que forman parte de la atmósfera terrestre, mantienen una parte de la energía que el planeta emite ya que la superficie del planeta ha sido calentada por la radiación del sol. El efecto invernadero no solamente afecta a la Tierra sino que se da en cualquier planeta que tenga atmósfera. En nuestro sistema solar los planetas que poseen atmósfera son por proximidad al Sol: Venus, la Tierra y Marte.
Este proceso se está incrementando en nuestro planeta debido a la emisión de diferentes gases que se producen por causa del ser humano. Uno de los principales gases causantes de este efecto es el dióxido de carbono. Como consecuencia del aumento del dióxido de carbono en la atmósfera la temperatura se refleja nuevamente hacia la superficie de la tierra con lo que se incrementa paulatinamente los niveles de la temperatura terrestre.
Debido a esto, se pueden ver grandes cambios en la climatología a nivel mundial. Por ejemplo, uno de los aspectos más notables es el deshielo de los casquetes polares los cuales pueden provocar a la larga un aumento del nivel del mar. De esta forma las regiones costeras que conocemos a día de hoy podrían desaparecer a la larga al verse sumergidas por el agua. Otra de las consecuencias es el aumento de la desertificación y que tanto temperaturas locales como épocas de lluvia sufrirían alteraciones importantes lo que produciría la pérdida de cultivos. Por último y para finalizar, otra de las consecuencias derivadas sería la alteración en los ciclos migratorios de las aves. Todo en conjunto hace posible que se entienda la importancia que tiene el evitar por todos los medios posibles que este efecto invernadero siga al alza.