La caja negra es un dispositivo que está presente en todos los vuelos y su funcionamiento suele ser desconocido para el público en general. Cuando escuchamos sobre un accidente aéreo siempre se dice que se sabrá como ocurrió cuando se encuentre la caja negra porque resiste siempre el impacto.
Es un dispositivo del
tamaño de un maletín de viaje, es de color naranja y graba todo lo que pasa en la cabina del piloto durante los minutos previos a un accidente aéreo. Dentro de la caja hay un dispositivo de grabación profesional. Se graba la última media hora previa al accidente, si su tecnología de grabación es analógica (grabación en cinta) y las dos horas previas si su tecnología de grabación es digital (grabación en disco duro). La grabación solo se puede detener manualmente si el avión está detenido, en tierra y con el freno activado. La caja va grabando continuamente y cuando está completa va grabando los últimos minutos encima de los primeros ya grabados. Se graban todas las conversaciones que haya en cabina de mandos y también las de la cabina de pasajeros para lo que se emplea una segunda caja negra que graba pasajeros y se usa para contrastar con la que graba la cabina del piloto. También se graban los parámetros de vuelo. Hay 80 parámetros de vuelo entre los que destacan la altitud de vuelo, el nivel de combustible y la presión de turbinas.
La estructura y colocación de la caja negra hacen que se rescate sin daños porque la envoltura externa está hecha de titanio y forrada de espuma ignífuga aislante para soportar temperaturas de hasta 1100 grados y pesos de hasta 3000 kilogramos. También puede estar sumergida a 6000 metros de profundidad en el mar y su potente transmisor inalámbrico alimentado por una batería de litio puede transmitir una señal que se puede recibir desde la superficie del mar durante seis años.