Los barcos han sido construidos de cualquier material: troncos de árboles huecos, pieles de animales o corteza de troncos colocadas sobre marcos de madera, acero, hormigón, aluminio, fibra de vidrio y materiales compuestos.
Los barcos con fines recreativos son más pequeños y se llaman botes. Están construidos, por lo regular, con fibra de vidrio, aunque la madera, el acero y el aluminio también pueden utilizarse. Los costos, la durabilidad y la fácil construcción, hacen de la fibra de vidrio el material más preferido para la construcción de botes recreativos.
La parte de un bote que evita que el resto del bote se hunda se llama el casco. El casco tiene otras funciones además de mantener el agua fuera del barco; éste sostiene la maquinaria, los controles, los asientos y otros elementos.
Los cascos de los botes de fibra de vidrio están hechos en un molde, de manera que la longitud, el ancho y el alto de todos éstos coinciden con planos originales. De esta manera, los fabricantes no necesitan comenzar desde cero con cada bote construido.
Un casco está hecho en cuatro etapas básicas. Después de que el molde se ha seleccionado, el interior de éste se cubre con una capa de gel, la cual se deja secar y se convierte en una superficie brillante en el casco. Después, se coloca la fibra de vidrio. La fibra de vidrio viene en rollos, tal como un vendaje de gaza. Se aplica una resina y después se coloca la fibra de vidrio sobre la resina en el molde. Se agregan muchas capas de fibra de vidrio al molde, una sobre otra, y cuando la resina se seca, ésta se convierte en la dura fibra de vidrio que distingue al casco de un barco.
Posteriormente, toda la fibra de vidrio rígida se retira del molde y se inspecciona. Ésta posteriormente es acondicionada con asientos, controles y otros artículos necesarios para la navegación.