Al flujo de carga por una unidad de tiempo específica que recorre un material transmisor se le denomina corriente eléctrica, este fenómeno se debe al movimiento súbito y acelerado de los electrones en el interior del material donde se origina la corriente, el “galvanómetro” es el instrumento utilizado para medir la intensidad de la corriente eléctrica y si se encuentra calibrado en amperios se le denominara “amperímetro”, el instrumento es colocado en serie con el material conductor para así medir intensidad de la corriente transmitida.
Anteriormente se creía que la corriente eléctrica es definida como un flujo de cargas positivas, se decía que el flujo tenía un sentido de circulación de polo positivo a polo negativ,o sin embargo esto se desmintió gracias al descubrimiento del “Efecto Hall”, ya que se observó que los metales cargados con electrones, o sea negativamente, circulan en forma contraria al establecido anteriormente.
Mientras que se conduzcan los electrones de un polo a otro se llevará a cabo la conducción de corriente eléctrica. Los materiales capaces de conducir electricidad son todos aquellos que contengan una gran cantidad de electrones libres, estos electrones al no pertenecer a ningún átomo, se transmitirán, moviéndose rápidamente, sin adherirse a un átomo. Los electrones se encontrarán en movimiento aún cuando no transmitan energía debido al calor generado en el exterior; la carga eléctrica existirá mientras se esté llevando a cabo la transmisión, la intensidad de ésta variará dependiendo del material y el lugar donde se origina la corriente.