Un berbiquí es una herramienta operada manualmente que se usaba para hacer hoyos antes del desarrollo de los taladros. Esta herramienta consiste de un mango con una forma determinada para que el operador pueda sostener la herramienta con una mano y hacer girar su eje central con la otra. Uno de los extremos del berbiquí por lo regular este equipado con un sujetador que puede sostener una broca u otro tipo de herramienta similar. Cuando el sujetador y la broca se acoplan, esta herramienta puede cavar un hoyo, atornillar o realizar cualquier trabajo similar que involucre un movimiento circular.
Los primeros berbiquís probablemente se utilizaron a principios del siglo XV puesto que existen obras de arte que muestran el uso de esta herramienta en ese tiempo. Un berbiquí utiliza un tipo de manivela compuesta o cigüeñal en el mango, tecnología que data también de ese tiempo. El uso de una manivela compuesta le da al berbiquí un mayor torque del que tienen otras herramientas para taladrar manualmente. Esta herramienta permite cavar hoyos profundos y grandes.
Hay algunos inconvenientes en el uso de un berbiquí. Algunos tipos de taladros manuales logran altas velocidades de rotación con un pequeño torque, lo cual permite cavar hoyos más rápidamente. El movimiento de rotación de la manivela compuesta de un berbiquí no es uniforme, lo cual provoca que estas herramientas sean poco aptas para acabar con precisión. Aunque existen algunas características adicionales que pueden adaptarse a esta herramienta para hacerla más eficiente en situaciones específicas. Por ejemplo, la adaptación de una función de trinquete, la cual permite que el sujetador gire libremente cuando el berbiquí gira en una dirección, y se implemente un embrague cuando el berbiquí gira en dirección contraria. Esto permite que se puedan taladrar hoyos en espacios reducidos.