Los utensilios y herramientas utilizados en el terreno de la medicina son cada vez más complejos y novedosos. Es por ello que se necesita la mano de expertos técnicos biomédicos para que dichos materiales estén a pleno rendimiento y no fallen en el día a día.
El trabajo de un técnico de ingeniería biomédica es el de llevar a cabo inspecciones de calidad en los instrumentos médicos, así como reparar los malos funcionamientos que de estas inspecciones resulten o directamente instalarlos en el lugar de trabajo. Su labor es muy específica y requiere de un autocontrol enorme, ya que las máquinas con las que trabajan son usualmente frágiles y no muy grandes en tamaño, con lo cual la delicadeza y el conocer bien su tarea es indispensable. Se requiere profesionalidad, la cual adquieren tras estudiar una licenciatura, además de adentrarse en la obtención de títulos en ciencias, electrónica o incluso de entrenamiento militar como técnico biomédico. Por supuesto la experiencia laboral, como en cualquier otro trabajo es lo más valorado, y sobretodo tratándose de temas tan particulares como la salud. No obstante, en nuestros días, la labor de técnico en biomedicina es de las más demandadas debido a la especialización que conlleva, ya que las máquinas que se utilizan para las labores médicas no sólo son delicadas y muy concretas de la disciplina, sino que en los últimos veinte años han sufrido una evolución casi constante, lo cual requiere no sólo de expertos que las conozcan, sino que las entiendan desde su base hasta su última actualización.