La realidad evidencia que el plástico no puede descomponerse ni parcial ni totalmente. Pero existe la posibilidad de convertir el plástico en biodegradable con la utilización de nuevas tecnologías, para ello se esta investigando los métodos de fermentación y polimerización
Existe un proceso de producción de plástico a base del ácido poliláctico o almidón, para ello se utiliza maíz, para obtener su almidón y luego se procede a la descomposición del almidón en azúcares, el cual fermenta por la acción de los microorganismo para obtener el ácido láctico. Luego de la condensación del ácido láctico se convierte en lactida que luego a través de reacciones químicas se polimeriza, creando las largas cadenas de moleculares que caracterizan al plástico.
La otra alternativa para la producción del plástico biodegradable es por el proceso de fermentación, donde las bacterias producen polímeros directamente, sin tener la necesidad a someter al proceso químico de la polimerización adicional para obtener las cadenas de moléculas del plástico. El producto obtenido de éstos procesos son utilizados como vajillas, recipientes en macetas de plantas y material de envasado.
Otra técnica conocida es la Bacteriológica para la generación del bioplástico. Es un proceso diferente de elaboración de los plásticos biodegradables, los polímeros como el poli-B-hidroxialcanoato (PHA) y el poli-B-hidroxibutirato (PHB) se crea dentro de ciertas clases de bacterias que producen los polímeros, como respuesta a las situaciones de emergencia con la función de obtener una fuente de energía de reserva. Así los científicos logran inducir a las bacterias a la creación del poli-B-hidroxialcanoato (PHA) bajo distintas condiciones.
Otra técnica muy innovadora es el empleo de la ingeniería genética que está permitiendo que de las plantas puedan crear el bioplástico. Para ello los científicos aíslan un gen que codifica la enzima que las bacterias necesitan para producir el plástico Posteriormente se coloca el gen dentro de la planta, la cual fabrica el plástico como un proceso normal de la propia planta, luego se somete a la planta a un disolvente para extraerle el plástico y luego se destila para descartar el disolvente.