Las funciones de una fuente de corriente ininterrumpida (UPS por sus siglas en inglés), van desde la provisión de energía temporal en caso de falla en el fluido eléctrico hasta la protección de línea contra fluctuaciones del voltaje. Aunque las UPS no están limitadas en su uso, son más comunes asociadas a centros de datos, servidores y computadoras personales.
Cuando la UPS se compra en una tienda no suele haber temor, pues además de ser encendidas y probadas se ofrecen con una prolongada garantía. De no ser así, nunca compre una UPS en otras condiciones.
Pero cuando llevan varios años detrás de la computadora realizando su función anónima sin dar problemas, a veces nos asalta la duda sobre el estado de la batería y la capacidad del equipo en condiciones de emergencia.
Nada más fácil que probar una UPS: solo habrá que desconectarla de la pared con la computadora encendida. De inmediato, sonará una alarma de pitido intermitente. Un buen síntoma que indica que el sistema ha quedado sin corriente externa y pende únicamente de la batería del UPS. ¡Apúrese en apagar!, parece gritar.
El otro aspecto a probar es el estado de la batería del UPS. En cuanto rompa a sonar la alarma, comienza a apagar el computador. Si no tienes alguna configuración especial, el apagado normal consumirá al menos 30 segundos. Si el mismo se ejecuta hasta el final sin caída de la batería, tu UPS habrá pasado con éxito una prueba que convendría realizar al menos una vez por mes.