La energía eléctrica puede ser generada a través de diferentes medios, incluyendo combustibles fósiles, energía solar, mareomotriz, eólica, geotermal, hidroeléctrica y atómica entre otras. De manera que sus ventajas y desventajas estarán en relación con la fuente a la que se haga referencia.
De todos es conocida la profunda crisis actual y perspectiva que por varias razones envuelve a las fuentes fósiles de energía, desde su evidente agotamiento hasta la contaminación atmosférica que viene provocando hace más de un siglo.
Sin embargo, con estos combustibles se genera todavía casi el 90% de toda la energía mundial. De aquí se desprende que solo el valor de la infraestructura instalada la convierten en la fuente más socorrida y fácil en la actualidad y quizá por las próximas décadas.
La energía a partir de la fisión del átomo es muy limpia y segura hasta que ocurre un accidente como el de Chernóbil o Fukushima. Entonces las consecuencias son desastrosas y a muy largo plazo. Otra desventaja es que tampoco sus fuentes minerales son inagotables.
El resto de las fuentes de producción de energía eléctrica parecen paradisiacas desde el punto de vista ambiental, pero no lo son del todo. Su lado negativo radica, con excepción de la hidroeléctrica, en que todavía son relativamente inoperantes e ineficientes, al punto de representar menos de un 10% de la generación mundial.
El futuro de la generación eléctrica parece pasar además por el empleo del hidrógeno como combustible, un elemento de amplia presencia en el planeta, pero todavía prácticamente inexplotado en estas lides.