Las alergias de tipo alimentarias son desencadenadas luego de ingerir un alimento específico que el cuerpo rechaza por medio del sistema inmune, provocando reacciones de alerta en el cuerpo. Es poco frecuente sufrir alergias por consumir brócoli, pero existen personas que tienen anticuerpos de inmunoglobulina IgE al brócoli, lo cual provoca que al ingresar al cuerpo, éste lo rechace creyendo que es una sustancia peligrosa que no corresponde a lo normal.
Este tipo de alergia, poco común, puede reconocerse por los síntomas. Minutos o una hora después de comer brócoli o algún tipo de alimento con brócoli, se hacen visibles los signos de la alergia. La persona puede sentir un hormigueo o picazón en la boca, seguido de una hinchazón en los labios, manos o pies, urticaria o erupciones en la piel, náuseas, tos, problemas para respirar o sensación de ahogo, mareos y vómitos. Estos son los síntomas de una reacción alérgica leve.
Una persona alérgica al brócoli, también podría experimentar una reacción de mayor gravedad, denominada anafilaxia. En estos casos los síntomas son más graves y podrían ocasionar incluso la muerte. Entre ellos se encuentra opresión de la garganta, dificultad para respirar, mareos y un descenso de la presión arterial.
El brócoli contiene una sustancia química, presente en todas las plantas, llamada salicilato. Hay personas que no son alérgicas al brócoli propiamente tal, sino al químico que contiene el brócoli; en esos casos, también debería cuidarse de otros alimentos que contienen salicilato, como la manzana, la palta o aguacate, las frutillas o fresas, frutos secos, zapallo italiano o calabacines y café. Si presenta reacción alérgica a alguno de estos alimentos, además del brócoli, entonces podría ser culpa del salicilato.