El húmero distal en realidad representa una de las partes constitutivas del húmero, hueso ubicado en cada brazo. El húmero, de manera general, se compone de tres estructuras fundamentales: una epífisis proximal y una distal, que se corresponden con los extremos abultados del hueso, y una diáfisis o cuerpo, como también se le conoce a la formación principal del hueso que conecta las epífisis.
La epífisis distal o húmero distal, denominado de esta manera por estar más alejada de la cabeza del húmero, conecta al hueso con las estructuras proximales del cúbito y el radio –que se encuentran situados en el antebrazo– mediante las articulaciones del codo.
Esta parte del húmero posee varias construcciones óseas importantes entre las que destacan la superficie articular en forma de cóndilo, también identificado como el capítulo humeral, y otra superficie articular conocida por tróclea humeral. Además es posible localizar diferentes estructuras más pequeñas como el surco cóndilo-troclear y los epicóndilos medial y lateral.
Las fracturas del húmero distal suelen ser menos frecuentes que aquellas localizadas en la zona proximal, a pesar de que las causas de este tipo de afectaciones se originan en disímiles situaciones de la vida cotidiana que por su intensidad y características pueden influir notablemente en los rasgos de la fractura.
A partir de los rasgos de la fractura, esta se divide en tres clasificaciones: fractura del cóndilo externo, fractura del cóndilo interno o fractura supra-condílea. En todos los casos, se trata de daños severos en la región y los tratamientos oscilan entre la colocación de yesos y las intervenciones quirúrgicas, en las situaciones más complicadas.