Lo que comúnmente se acepta como padecimiento del estómago agrandado, consiste en realidad en la eplenomegalia o agrandamiento del bazo. Este último constituye un órgano pequeño, situado en la región superior e izquierda de la cavidad abdominal y es el encargado de eliminar las células rojas de la sangre cuando ya son viejas, generar otras nuevas y mantener una reserva de este tejido.
Por su tamaño, constituye un órgano pequeño, apenas del tamaño de un puño, que no suele presentar demasiadas afecciones pero que en caso de aparecer alguna, como es el caso de la esplenomegalia en cualquiera de sus variantes, requiere de una atención minuciosa y especializada. En su estado normal es casi imposible para un médico localizarlo solo con el empleo del tacto, sin embargo en cualquier situación anómala de hinchazón o abultamiento es posible palparlo de inmediato.
Existen muchas enfermedades y padecimientos que pueden provocar la esplenomegalia. Entre las más conocidas se encuentran las infecciones de diversas procedencias, como por ejemplo la mononucleosis infecciosa, las infecciones parasitarias como el paludismo o las bacterianas como la tuberculosis. También puede originarse a partir de varias patologías hepáticas, como la cirrosis y la atresia biliar, a consecuencia de procesos tumorales como la leucemia o también como resultado de otras afecciones como el síndrome de Felty.
Los síntomas más conocidos de la esplenomegalia son el dolor punzante en la parte superior e izquierda del abdomen y parte de la espalda, y también una constante sensación de plenitud cuando ingiere alimentos, producto de la presión del bazo contra el estómago al aumentar de tamaño. También son frecuentes la fatiga y las infecciones.
Para diagnosticar la esplenomegalia, el doctor recurrirá primeramente a la inspección abdominal, a la palpación y percusión, el conteo sanguíneo completo y por último, de ser necesario, realizará una tomografía computarizada de la región abdominal.
Aunque el tratamiento más habitual es la esplenectomía o extirpación del bazo, se aconseja un estudio detallado sobre la situación, pues debido a las importantes funciones de este órgano en su ausencia pueden sobrevenir diferentes complicaciones, como las infecciones recurrentes. No obstante, constituye lo más común y los casos demuestran que una persona puede vivir el resto de sus días sin el bazo.
Es importante que luego de esta intervención quirúrgica el paciente reacomode su estilo de vida a su nueva situación, por ejemplo debe erradicar cualquier esfuerzo físico que implique un uso excesivo de la zona operada. También es necesario ajustarse a una dieta más saludable.
Cualquier persona es susceptible de padecer esplenomegalia, desde niños hasta adultos por lo que deben acudir al médico de inmediato ante la aparición de los síntomas.