Clonazepam y Lorazepam son medicamentos pertenecientes a las benzodiazepinas, los cuales actúan en el sistema nervioso central, provocando efectos hipnóticos, sedantes, ansiolíticos, amnésicos, anticonvulsivos y de relajación muscular. La diferencia entre uno y otro está determinada por diversos factores.
Primero, el tipo de presentación, Clonazepam sólo dispone de comprimidos normales y solubles, vía oral; en cambio, Lorazepam posee más opciones de administración, vía sublingual, oral por comprimidos, intravenosa e intramuscular.
Otro factor, tiene que ver con la farmacocinética, o sea, lo que sucede con él desde que se administra hasta que es eliminado del cuerpo; en el caso del Clonazepam, éste se considera un tipo de benzodiazepina de larga duración, el cual actúa entre una a cuatro horas luego de haber sido ingerido y permanece en el cuerpo de dieciocho a cincuenta horas; no obstante, el Lorazepam, también actúa luego de una a cuatro horas, pero es considerado de corta duración, ya que su vida media sólo es de nueve a dieciséis horas.
En cuanto a su uso, el Lorazepam se prefiere para aquellas personas que están dejando de beber alcohol y para calmar el miedo antes de una cirugía, en esta última se administra vía intravenosa. Clonazepam es usado para dolores neurológicos y como tratamiento para las fobias sociales, sonambulismo y ataques de pánico.
Ambos poseen efectos secundarios similares, como somnolencia, descenso de la presión arterial, pérdida del equilibrio o coordinación al caminar, problema en las reacciones cognitivas y lagunas mentales. No deben ser administrados por largos periodos de tiempo, ya que pueden producir adicción. Una sobredosis podría llegar a provocar un estado de coma.