Las neumonías son infecciones de los pulmones que se originan principalmente por el ingreso de microorganismos al interior de los alvéolos.
Los gérmenes infecciosos invaden el tejido pulmonar. Para el diagnóstico se debe recorrer a una radiografía del tórax. La gravitad de la neumonía está relacionada con el tipo de agente que la ocasiona, con la edad del enfermo (ya que en personas mayores es más fácil que se produzcan complicaciones) y con la presencia de enfermedades preexistentes.
En personas sanas normalmente las neumonías se pueden curar con antibióticos por vía oral, sin que se precise ingresar a los pacientes en hospitales. Sin embargo la situación es muy distinta si el paciente tiene un cuadro clínico complicado previo, como puede ser en el caso de enfermos por cáncer.
En las sociedades desarrolladas, se estima que las neumonías sean la séptima causa de mortalidad. La insurgencia de neumonía en pacientes oncológicos puede ser ocasionada por los normales factores de riesgo que se suman a una debilidad general del organismo. Así que en los enfermos de cáncer están entre las categorías para quienes se aconseja recurrir a la vacuna contra la influencia y a la vacuna antineumocócica que disminuyen los riesgos de contraer la enfermedad.
Otros sujetos que deberían evaluar estas vacunas por los riesgos elevados que podría conllevar una neumonía son las personas afectadas por problemas crónicos de corazón, de hígado o de riñones. Además la neumonía se considera un síntoma clásico en el caso de cáncer a los pulmones.