Los amantes del picante adorarán saber que su amor por las sensaciones “ardientes” tiene además excelentes resultados para la salud física del ser humano. Esto se debe a que la capsaicina, sustancia que le confiere a los pimientos su sabor característico y que representa el componente activo en este tipo de alimentos, constituye de igual manera una fuente inagotable de beneficios para disímiles padecimientos.
Actualmente puede asegurarse que un alto porcentaje de la población mundial, no solo prefiere, sino que exige cierto grado de picor en las comidas que consume. Con este objetivo los productores de alimentos recurren a ingredientes como el chile o las salsas picantes, con elevada concentración de capsaicina. De esta manera la sustancia química ha pasado a formar parte de la alimentación en casi todas las culturas del mundo, con el consiguiente impacto positivo sobre la salud a nivel global.
Entre los beneficios más reconocidos de la capsaicina y sus compuestos figuran:
– La segregación cerebral de endorfinas, normalmente vinculadas a la sensación de satisfacción.
– La prevención de distintos tipos de cáncer como el de próstata y la leucemia.
– Disminución del riesgo de las enfermedades estomacales.
– La pérdida de peso.
– Capacidades analgésicas para diferentes dolencias como el dolor de lumbago.
– La intervención favorable en diferentes procesos metabólicos del organismo.
Algunos incluso sugieren que presenta cualidades afrodisíacas, pero esto no ha sido científicamente demostrado.
Los consumidores habituales de picantes en cualquiera de sus variantes deben conocer, no obstante, que el uso de la capsaicina en grandes cantidades puede tener efectos extremadamente tóxicos y dañinos para el consumidor. El principal consejo es que, como con el resto de los alimentos, la moderación debe ser la máxima de todas las comidas. Aprenda a condimentar y especiar sus recetas, pero sin exagerar el empleo de ninguno de sus componentes.