Las leyes cambian en cada país y no se puede aplicar el mismo criterio para definir los beneficios que una mujer divorciada de un militar adquiere, pero hay generalidades en cada nación que se pueden mencionar.
Tienen derecho a beneficios básicos como una seguridad de asistencia médica y una pensión de jubilación. Los beneficios adquiridos dependen de la duración del matrimonio, del rango y tiempo servido dentro del ejército y a la dependencia a la que prestaron sus servicios, sea el ejército de la marina o la fuerza aérea. Hay distintos factores que alteran el tiempo de convivencia al cual se atienen las reglas para otorgar los beneficios.
Los beneficios médicos generalmente son provistos dentro de las instalaciones del ejército y se limitan a los servicios que dicha institución ofrezca.
Se considera si la residencia del matrimonio se encontraba dentro o fuera de las instalaciones militares para destinar un apoyo específicamente al pago de un alquiler.
Los beneficios también se limitan o restringen respecto a la vida que cada parte del matrimonio siga posterior al divorcio, es decir, si alguno de ambos vuelve a contraer nupcias o fallece. Hay reglas en cuanto al lugar de residencia de la persona que recibe el beneficio y se pueden limitar a ser provistos únicamente dentro del territorio nacional y quizás hasta delimitado en ciertas zonas del país. De manera similar intervienen el número de hijos del matrimonio en caso de tenerlos, ellos también tienen derecho a una fracción de los beneficios.