Suramérica es el reservorio principal de uno de los granos más ricos en nutrientes y proteínas de todo el mundo, que en los últimos años ha pasado a ser de los más consumidos en todas las regiones del planeta: la quinua. Aunque este cereal se encuentra también en países como Perú, Chile y Argentina, lo cierto es que el principal generador es Bolivia.
Su existencia se remonta a la época en que las culturas precolombinas poblaban el territorio americano, alrededor de 5 mil años atrás. Los incas lo contaban entre los alimentos necesarios para el buen desarrollo de sus guerreros, y en quechua –el idioma originario de la zona- es conocido como el cereal madre. Un dato curioso es que en realidad no constituye un cereal pues no se encuentra dentro de las gramíneas aunque tradicionalmente se la he incluido dentro de esta categoría por su alto contenido de almidón.
En cuanto a los beneficios que reporta para la salud humana, es importante destacar que la quinua reúne los aminoácidos esenciales para la dieta del hombre. Por otro lado, presenta una variada composición de proteínas, calcio, fósforo y hierro, superior a la de otros cereales más conocidos.
Todas las partes del arbusto dan fe de una alta concentración de proteínas de alta calidad, como la lisina, que se ubican principalmente dentro de las albúminas y globulinas. La fibra que exhibe duplica la del resto de los cereales conocidos y presenta menos calorías que ellos. Es una fuente constante de energía gracias a la presencia de la vitamina B2, que incide de manera favorable en el metabolismo de las células del cerebro y los músculos.
Un aspecto relevante es que puede utilizarse en las dietas sin gluten, de especial interés para las personas diagnosticadas de celíacas, o sea, intolerantes al gluten. Otros padecimientos que disminuyen sus efectos frente a las cualidades nutritivas de la quinua son las enfermedades coronarias, las cardiovasculares y la diabetes.
Su empleo en la cocina es muy versátil, por lo que puede emplearse en infinidad de recetas. Sirve para la elaboración de harina, así como también se emplean en la cocción de sopas pastas, panes, empanadas y una gama enorme de recetas típicas de la región andina.
Su impacto positivo en la alimentación fue reconocido en el año 1996, fecha en la que la quinua fue catalogada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura como uno de los cultivos más prometedores de la humanidad debido a sus propiedades benéficas, los diversos usos a que puede someterse y a que representa una alternativa ante los problemas de desnutrición a nivel mundial.