En variadas ocasiones hemos presentado estas manchas tan particulares en las uñas y en esas mismas, no le hemos tomado importancia o nos ha surgido la inquietud y nos hemos preguntado qué son o por qué aparecieron.
A estas manchas blancas se les denomina Leuconiquia, éste es el término médico, que etimológicamente proviene de las palabras griegas Leuko y Onyx, que significan blanco y uña, respectivamente.
Hay más de un tipo de leuconiquia y éstas pueden producirse por causas muy variadas. Una de ellas es la leuconiquia parcial transversal, más frecuente en mujeres, la cual se produce por malas manicuras en las que se pasa a llevar y se daña una cutícula; también, se producen líneas blancas en las uñas de los pies, las que relacionan al uso de zapatos muy apretados y en casos muy extraños, también pueden deberse a una intoxicación con arsénico, donde son llamadas “líneas de Mees”. La leuconiquia longitudinal se asocia a la enfermedad de Darier.
Por otro lado, encontramos la leuconiquia punteada y las causas más comunes de ésta son, problemas alimenticios con un déficit de vitaminas A y B, proteínas, zinc, hierro y calcio, aunque ésta es sólo una hipótesis; traumatismos, ya que al golpear la uña se produce un daño en la base de las mismas, la cual se hace notoria al crecer la uña; agentes externos que afecten o eliminen la grasa natural de la uña, como los detergentes, productos de limpieza o permanecer un largo periodo en contacto con el agua o productos muy secos, como la tiza.
Estas manchas blancas se van desplazando a medida que la uña crece y son totalmente inofensivas, siempre y cuando sean como un punto; ya que al tratarse de líneas a lo largo de la uña o manchas más grandes que abarquen la totalidad de ella, podrían deberse a un problema que debe ser visto por un dermatólogo. Es importante mantener una buena alimentación y cuidarse de golpes.