Qué debo esperar de la cirugía de la fascitis plantar

La fascitis plantar consiste en la inflamación y pequeñas roturas de la fascia plantar, que consiste en una estructura plana y fibrosa sobre la que se apoya el arco del pie. Gracias a esta estructura se transmite la energía de un punto a otro del pie al caminar.

Consiste en un tipo de lesión frecuente en personas que incurren con frecuencia en determinadas acciones físicas, como por ejemplo los deportistas cuya acción principal se ubica en la carrera. No obstante, también puede aparecer en individuos que sufren de obesidad, o que por alguna anomalía en el acto de andar hayan dañado la zona referida.

Entre los síntomas más extendidos de la fascitis plantar, se encuentra el dolor en la superficie plantar del calcáreo, que también puede reflejarse ocasionalmente en la zona conocida como bóveda plantar e incluso en los dedos. La sensación molesta puede variar tanto en intensidad como en la región donde se presente. Muchos pacientes coinciden en que el horario de mayor dolor suele ser el matutino, llegando a sentirse como algo que se clava en el talón.

De acuerdo al período que demore en evolucionar, la fascitis plantar se divide en tres clasificaciones: si ocurre en menos de tres semanas se denomina aguda, subaguda si este período ocurre ente seis y ocho semana, y finalmente se habla de una afección crónica cuando la evolución supera las ocho semanas.

Los tratamientos comunes antes de reconocer la necesidad de una intervención quirúrgica, incluyen el reposo intensivo de todas las actividades que impliquen correr o caminar largas distancias, aplicar bolsas frías en la región adolorida al menos tres veces al día, la ingestión de medicamentos antiinflamatorios indicados por el médico para estos casos, el uso de calzados fisiológicos y soportes plantares.

En la actualidad existen diferentes métodos clínicos para la erradicación de la fascitis plantar, que van desde inyecciones de plasma rico en plaquetas hasta la radiofrecuencia el nervio calcáneo medial e inferior.

En los casos extremos hay que recurrir a la cirugía podológica, que persigue el objetivo de liberar la tensión de esta zona, así como también eliminar el espolón calcáneo que suele acompañar a este padecimiento.

Consisten en acciones poco agresivas contra la fascia plantar, y se ubican dentro de los procesos ambulatorios. Los cuidados luego de la operación se limitan casi por completo a mantener el pie sin actividad alrededor de un mes y libre de infecciones que puedan comprometer el resultado de la intervención.

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Categorias: Medicina
Ultima modificación: 10/28/2013