La hipoplasia es el término médico general para designar un desarrollo incompleto de un tejido o un órgano. Viene del griego, el prefijo “hipo” significa por debajo de y “plasis” significa formación. Así se entiende por hipoplasia mandibular un desarrollo incompleto de la mandíbula, el hueso plano y con forma de herradura situado en la parte inferior de la cara.
La hipoplasia mandibular suele ser una condición congénita, se nace con ella, pero en ocasiones puede producirse como resultado de un trauma o lesión. En el caso de la hipoplasia mandibular congénita, la causa de esta malformación puede variar y en ocasiones no puede ser identificada.
Este subdesarrollo de la mandíbula suele venir acompañado del subdesarrollo de otros tejidos, en especial de orejas y de la nariz. El paciente también suele mostrar asimetría en el mentón. Si la malformación es severa y afecta a la respiración o la ingesta de alimentos, será necesaria la intervención quirúrgica para corregir este defecto usando injertos óseos. Esta cirugía reconstructiva tiene un alto índice de éxito.
Aunque se han presentado distintos métodos de clasificación de la hipoplasia mandibular, el más usado sigue siendo el Sistema de Clasificación de Pruzansky, que clasifica la hipoplasia en tres grados distintos, según el nivel de desarrollo de la mandíbula. En el primer grado, todos los componentes mandibulares están presentes aunque hipoplásicos; en el segundo grado, hay anormalidad y puede no haber articulación con el hueso temporal; en el tercer grado, la rama mandibular y el cóndilo están ausentes, los músculos son severamente hipoplásicos y puede haber lesión en las vértebras.