La sacroilitis o sacroileítis es una inflamación de la articulación sacroilíaca, la cual puede afectar uno o ambos lados, derecho o izquierdo. Esta articulación se ubica en la parte baja de la espalda y es donde se une el hueso sacro con los dos huesos ilíacos; también cubiertos por fuertes ligamentos que unen la pelvis con la columna vertebral.
La sacroilitis no es fácil de descubrir, muchas veces se confunde con otras enfermedades o demora en ser detectada en una radiografía; por lo que, al retrasar un diagnóstico acertado, puede llegar a causar una inflamación e infección de los tejidos. Al no ser tratada llega a causar artritis inflamatoria de la columna.
Sus principales síntomas son, dolor en la zona lumbar, nalgas o espalda baja, pudiendo abarcar incluso parte de una o ambas piernas, lo cual empeora al permanecer mucho rato de pie o subir y bajar escaleras; sensación de quemazón en la pelvis; disminución de la movilidad y en caso de haber una infección, fiebre.
Las causas son múltiples, una de ellas es la artritis y la espondilitis anquilosante, que afectan las articulaciones sacroilíacas, desgastándolas y desgarrándolas; una lesión traumática, puede dañar la zona lumbar; el embarazo, puede provocar un desgaste anormal de dichas articulaciones, por exceso de peso o una alteración de la forma de caminar y una infección, que rara vez sucede.
El tratamiento que su médico indique para la sacroilitis va a depender de los síntomas que presente y de las enfermedades a las que ésta esté relacionada; aunque en general, se recetan analgésicos y antiinflamatorios para el dolor e hinchazón. También es importante realizar ejercicios de rehabilitación, que permitirán recuperar la movilidad, se recomiendan la natación y la aeróbica en el agua.