En general, un astringente es una sustancia que produce constricción o sequedad en los tejidos. Los astringentes de uso tópico se aplican sobre la zona a tratar y producen una acción cicatrizante, antiinflamatoria y antihemorrágica. Son sustancias astringentes los alcoholes y el suero salino entre otras muchas.
Por sabor astringente, se entiende la peculiar sensación entre sequedad intensa y amargor que se produce en la boca al ingerir algunos frutos no maduros como los dátiles, el episperma de la castaña, algunas infusiones de té o algunos vinos tintos fuertes, ricos en taninos.
Por dieta astringente, se entiende una dieta antidiarreica. En este sentido, el término astringente es un antónimo de laxante. Durante los procesos diarreicos se pierde mucha agua y se corre riesgo de deshidratación, por eso es conveniente seguir una dieta astringente tras un breve periodo de ayuno (de seis a veinticuatro horas).
El consumo de lácteos no está recomendado mientras se tiene diarrea o cuando acabamos de pasar por un proceso diarreico, sin embargo, el yogur natural es astringente. También lo son las carnes magras como el pollo, el pavo, la ternera o el lomo de cerdo, el pescado blanco, la patata y la zanahoria bien cocidas y machacadas, el arroz, la pasta y el pan blancos, la manzana, el plátano y el limón. Además de seguir esta dieta, es necesario reponer líquidos y minerales.
En cosmética, los productos astringentes son aquellos indicados para pieles grasas o mixtas con tendencia a grasa. Actúan disminuyendo la secreción seborreica de la piel.