No hace falta que acudamos al cine ni que nos sumerjamos en una novela de ciencia ficción para darnos cuenta de que lo que parecía que era rocambolesco y sacado de los sueños de los más afanados visionarios del futuro se ha vuelto realidad.
Nos referimos en esta ocasión a una realidad que es palpable y que salva la vida diariamente a muchas personas en los quirófanos gracias a la cirugía y a la aplicación de los xenoinjertos. Un xenoinjerto no es otra cosa que la implantación de un injerto que ayuda a la recuperación de una lesión o enfermedad de una persona. Hasta este punto todo puede parecer normal pero sin embargo, la novedad radica es que el origen del injerto no proviene de otro ser humano como podemos pensar o preconcebir sino que es totalmente distinto.
Básicamente un xenoinjerto proviene de una especie diferente a la del receptor y en el caso de los seres humanos suele proceder normalmente del cerdo. No obstante, aunque la posibilidad de recibir injertos de otras especies a la nuestra esto no evita o salva el obstáculo del rechazo que se produce en toda operación.
Este puede ser un gran paso en nuestra constante búsqueda de la inmortalidad al salvar otro pequeño paso del que nos separa esa meta pero aún se deben realizar muchas más investigaciones y avances en este campo. Al menos la puerta ya está abierta, sólo falta que se sigan realizando dichas investigaciones. Lo que está claro es que los más soñadores pueden dejar volar su imaginación y quizás lograr esbozar dónde nos encontraremos en un par de años.