La imaginación es uno de esos términos que todos empleamos con naturalidad pero no podríamos fácilmente definir sin recurrir a términos bastante más complejos que la idea que tenemos de ella. Es interesante cómo nuestro lenguaje termina siempre demostrando una amplitud que excede nuestras propia capacidad de pensar en el significado de todas las palabras que usamos en nuestras conversaciones cotidianas, y sin embargo sabemos casi instintivamente cómo utilizarlas. Intentemos hablar de la imaginación sin complicar el escenario.
El aspecto creativo del acto imaginativo es el que más fácilmente asociamos a la imaginación, sobre todo cuando la imaginación se asocia a cuestiones tan distintas como los juegos de la niñez, la literatura o a soluciones brillantes de negocios. La existencia de estos cauces posibles y aparentemente aislados unos de otros demuestran la importancia radical del pensamiento como usina de ideas.
Como primera aproximación, podemos decir que la imaginación es la capacidad que tenemos los seres humanos de representar en el pensamiento las imágenes de cosas o hechos reales o ideales, es decir sin necesidad de nuestros sentidos. Imaginar es crear desde lo fantástico, por lo tanto la imaginación es la capacidad de crear desde el pensamiento, de forjar posibles realidades con nuestras ideas. Así la encontramos en libros y películas, en los niños, en los negocios y en investigaciones de científica avanzada. Además, no perdamos de vista que la capacidad humana de imaginar es infinita, por eso pensamiento, imaginación y creatividad son tres operaciones que no actúan independientemente sino que se influencian una a otra.
Se sostiene acertadamente que la imaginación es también una forma de reconstruir del pasado y de anticipar el futuro y por eso se la confunde con la memoria o la adivinación, pero no debemos confundirla.
Por último, parece interesante no perder de vista que hasta dónde han llegado los estudios científicos de nuestros tiempos, la imaginación es lo que nos distingue de otros mamíferos. Ningún otro animal consigue lo que el ser humano, ellos viven su realidad y en la mayoría de los casos ni siquiera pueden moldearla. AL respecto hay una una conocida frase de Albert Einstein, quien una vez advirtió: “En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.”