Una resonancia magnética es un tipo de examen de imagenología, por el que es posible crear una imagen detallada de cierta parte del cuerpo, a través de imanes y ondas de radio muy potentes, sin radiación. Este tipo de examen habitualmente es solicitado a aquellas personas que sufren dolores de espalda, para poder hallar la causa de estos.
Hay casos en los que es necesaria una resonancia magnética con contraste, en la cual la imagen es mucho más clara y detallada que una común. Esto es muy frecuente en caso que se requiera examinar órganos o tejidos. Para este tipo de procedimiento, el paciente ingiere o se le inyecta un tipo de tinte antes de realizar el examen, para crear un mayor contraste en la imagen; el más utilizado se llama gadolinio, un metal con propiedades paramagnéticas aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Sin embargo, si usted sufre de problemas renales o se dializa, debe comentarle esto a su médico, el gadolinio podría ser dañino para este tipo de personas.
Durante el examen, el individuo debe despojarse de cualquier metal que posea su ropa o bien, vestirse con una bata de hospital; luego, debe recostarse sobre una mesa angosta, la cual es ingresada dentro de una especie de túnel. La persona que realiza el examen vigila al paciente desde otra habitación y esto puede tardar entre treinta minutos a una hora.
Las indicaciones antes de realizarse una resonancia magnética son las siguientes, no ingerir ningún tipo de alimento ni líquido durante cuatro a seis horas previas al examen y en caso de sufrir de claustrofobia, debe ser informado a su médico, ya que existe la posibilidad de administrar un medicamento para hacerlo dormir o para que se sienta más relajado.
Por la potencia de los imanes de esta máquina, es necesario que al ingresar a la habitación donde le realizarán el procedimiento, no ingrese ningún material metálico o que pudiera resultar dañado, como un reloj, tarjetas de crédito, prótesis dentales, lápices, entre otros.