El carbón es un tipo de combustible que se origina por la descomposición de vegetales terrestres que se acumulan principalmente en zonas pantanosas, lagunares o marinas de poca profundidad, todos estos restos vegetales se van acumulando poco en poco en el fondo de una cuenca, los restos vegetales quedan cubiertos por agua y por lo tanto quedan protegidos del aire, pues si estuvieran expuestos a éste, los degradaría. En ese momento comienza una lenta transformación por la acción de bacterias anaerobias que se trata de un tipo de microorganismo que no puede vivir en presencia del oxígeno, después de cierto tiempo, por lo regular millones de años, se va produciendo un progresivo enriquecimiento. El carbono suele cubrirse de un material fibroso lo que contribuirá al mantenimiento del ambiente anaerobio adecuado para que continúe el proceso de carbonificación.
Se estima que una capa de carbón de aproximadamente un metro de espesor proviene de la transformación por los diferentes procesos durante la diagénesis de más de diez metros de limos carbonosos.
Dependiendo del tipo de materia orgánica que se quedó atrapada bajo un sedimento, el tipo de carbón que se obtiene es distinto. Cuando se trata de cuencas carboníferas el carbón estará rodeado de arcilla, areniscas, conglomerados, pizarras y esquitos, lo que dará lugar a un carbón más duro, sin embargo cuando se trata de un bosque que fue cubierto por el mar, la mayoría del carbón es originado por la compresión de troncos y dará lugar a un carbón más suave, si en algún momento el mar descubriera el bosque que quedó sumergido, el bosque volvería a crecer y almacenaría el carbón en el subsuelo.