Cómo funciona un pararrayos

El pararrayos fue inventado hace 200 años por Benjamín Franklin, en 1749. Trataba de explicar cómo funciona exactamente un rayo. Especulaba que si un gran polo de hierro con una punta afilada se colocaba a una altura más elevada que otros conductores en el área, la energía sería atraída hacia ésta primero y sería desviada efectivamente hacia el suelo.

Los pararrayos utilizan metales altamente conductores que atraen y transportan la corriente mejor que los objetos circundantes tales como edificios o árboles. Aunque la madera y otros materiales conducen la electricidad de las cargas, los rayos tomarán el camino más sencillo para llegar al suelo, y a veces se canalizarán mediante los árboles, edificios y hasta a las personas. Algunas cosas como el plástico y el vidrio no conducen la electricidad hasta que la carga atmosférica sea extremadamente grande, y por lo tanto no son suficientes para usarse como un camino de desviación efectivo.

Cuando las cargas eléctricas se forman en la atmósfera, en algún momento necesitan un camino para descomponerse y liberarse, y muchas veces esto causará que los rayos golpeen objetos altos que pueden ser dañados de manera importante. El propósito de un pararrayos es interceptar la carga eléctrica y canalizarla de manera adecuada, y evitar que el rayo golpe objetos que pueden incendiarse o crear condiciones inseguras. La idea es colocar el pararrayos a una altura suficientemente alta para que las cargas eléctricas de la atmósfera tengan una mejor oportunidad de canalizarse sin llegar a las casas, árboles o personas. Si a la carga eléctrica se le permite formarse substancialmente, en algún momento se descargará mediante cualquier objeto que esté cerca de la salida.

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Categorias: Tecnologia
Ultima modificación: 08/26/2013