La cámara de cine es comúnmente fabricada y transportada en un rollo de celuloide, una película delgada de plástico. Ambos lados de la película son tratados con mezclas de químicos especiales; un lado es recubierto con químicos que propician el desarrollo de películas negativas, mientras que el lado contrario se cubre con múltiples capas de químicos que ayudan a que se formen las imágenes que posteriormente se convertirán en fotografías.
Las cubiertas químicas que permite la creación de imágenes en la película están predominantemente hechas de cristales de haluro de plata. El haluro de plata es sensible tanto a los fotones de luz visible como a los fotones de luz infrarroja invisible, y cada frecuencia de fotón de luz tiene un efecto químico distinto en los cristales. Este efecto los altera permanentemente, y ya que son tan estables, las imágenes pueden permanecer suspendidas en la película durante años antes de ser reveladas.
Los cristales de haluro y los nitratos de plata se mezclan y se alteran químicamente para hacerlos suficientemente pequeños y más sensibles a los fotones de luz que como serían de otra manera. Cuando se encuentran en su estado adecuado, se colocan en una capa sobre el celuloide con capas químicas adicionales que ayudan a controlar y filtrar la exposición a los fotones de luz. Todas estas capas son unidas con delgadas capas de gelatina.
Para que pueda capturarse una foto, la película debe colocarse dentro de la cámara y adecuarse correctamente. Los mecanismos de rollo varían de una cámara a otra, pero en cualquier caso, la películas se extrae de su empaque y se enrollan en el interior de la cámara directamente debajo del obturador, el cual está justo debajo de la lente.
Cuando el botón del obturador en la cámara es presionado, el obturador se abre y cierra en fracciones de segundo. Durante este pequeño instante, fotones de luz reflejan los objetos en frente de la lente, y estos fotones son absorbidos por las partículas de haluro de plata sobre la superficie de la película. Mientras más brillantes sean, y mejor iluminados estén los objetos crean áreas de mayor exposición, mientras que los objetos mal iluminados u oscuros resultan en un cambio químico menor.