El telégrafo se inventó para poder enviar comunicaciones a grandes distancias. Hay varios tipos, pero el más utilizado a lo largo de los años ha sido el telégrafo eléctrico.
Su desarrollo definitivo fue el 6 de mayo de 1833, por el matemático, físico y astrónoma alemán Johann Carl Friedrich Gauss y su gran amigo, Wilhelm Eduard Weber. En un principio tan solo instalaron una línea telegráfica de un kilómetro de longitud en la población alemana de Göttingen donde ambos realizaban sus respectivos trabajos, de este modo quedaron unidas la universidad con el observatorio astronómico.
Aunque este aparato para la comunicación fue inventado en 1832 por Samuel Morse, un hombre de Estados Unidos. En sus inicios, el telégrafo no disponía de un código comunicativo, pero pronto se creó un alfabeto basado en las señales dándole así una verdadera voluntad de comunicación a su invento.
Existen dos tipos de aparatos telegráficos, el de Hughes y el de Baudot.
El telégrafo de Hughes consta de dos ruedas que llevan todos los caracteres o símbolos que se pueden emitir y giran, al mismo tiempo y a la misma velocidad. Por ejemplo si el aparato transmisor tiene por ejemplo la G en la parte de abajo el receptor del telégrafo también. Esto qué quiere decir, pues que emitiendo el pulso en el momento oportuno, el receptor puede imprimir la letra correcta.
El otro tipo, el de Baudot se basa en la sistematización o codificación de los caracteres en un único pulso. Funcionaba con un código binario que daba la posibilidad de trasmitir hasta 31 caracteres.