Un reactor o jet utiliza un tipo de motor llamado motor de reacción, este tipo de motores descarga un chorro de fluidos a una gran velocidad que da lugar a un impulso que es dirigido por una maquinaria con una aceleración ascendente. Lo anterior se basa en la segunda ley de Newton que dice que la fuerza de propulsión es proporcional al incremento del gas en un movimiento lineal.
Este tipo de motores de reacción se puede encontrar en estatorreactores, turborreactores, cohetes, turbofanes y comúnmente como turbinas de gas. Su principal propósito es el de impulsar aviones y avionetas. Un ejemplo práctico de este sistema se observa al dejar salir el aire repentinamente de un globo inflado.
Los primeros motores de reacción se construyen a partir del año 100 d.C., en aquel momento Heron de Alejandría utilizó este mecanismo para hacer girar una esfera en un eje. Ese invento no tuvo ninguna utilidad, pero estableció el principio de este mecanismo. Más tarde los chinos, durante el siglo XI, incorporaron la propulsión a chorro para elevar cohetes, originalmente era utilizada para crear nuevos fuegos artificiales, con el paso del tiempo se incorporó en algunos tipos de armamento.
Los aviones tipo caza, que usualmente son para uso militar, utilizan propulsión a chorro para aumentar el empuje de sus despegues. Sin embargo, una desventaja de estos sistemas es que tienen un consumo excesivo de combustible. Los sistemas de última generación de este tipo de motor son utilizados para lanzar satélites al espacio, impulsados por un chorro de iones en cantidades muy bajas que dan lugar a velocidades de hasta 100,000 Km/h.