Las luces de colores son uno de los elementos decorativos más típicos que podemos encontrarnos en la celebración de la Navidad. Las ponemos en todas partes: en el árbol, en el belén, en el balcón, en las calles…
Sin embargo, no es extraño que alguna bombillita se estropee. Muchas veces, a pesar de que solo haya una bombilla estropeada, es posible que deje de funcionar todo el juego, por lo que si tenemos paciencia, se puede ir comprobando una a una cual es la bombilla o las bombillas averiadas. También se dispone de otros métodos para comprobar qué bombillas son las que no funcionan, o si por el contrario, lo que falla es el contacto de todo el juego de luces. Podemos usar un multímetro o un medidor de resistencia para localizar donde está la avería.
Para reparar las luces clásicas, extraemos la cápsula de color (en caso de tenerla), extraemos la bombilla averiada desdoblando los contactos y colocamos una nueva en su lugar con mucho cuidado, ya que los agujeros dónde van los hilos eléctricos son extremadamente finos y delicados por lo que es muy fácil que se puedan romper.
Las bombillas LED, aunque sean más resistentes que las clásicas, también están expuestas a posibles averías o roturas. Para reemplazarlas, simplemente deberemos tirar de la bombilla estropeada y encajaremos otra en el mismo sitio, cabe decir que al hacer esto estaremos rompiendo el aislamiento y ya no podremos usarlos para el exterior, quedando solo como juego de luces para interior.