En el contexto general de crisis, la acción de los emprendedores y empresarios queda muy limitada debido a las dificultades para encontrar financiación adecuada a sus proyectos e iniciativas. Sin embargo, existen subvenciones a las que podemos recurrir para determinadas áreas del funcionamiento de la empresa, para la contratación de personal y otras cuestiones.
La ventaja de una subvención respecto a otras formas de financiación es que, al ser una inversión a fondo perdido, no debe reintegrarse el dinero obtenido. Los protocolos y requisitos necesarios son, sin embargo, bastante exigentes debido a las características de la financiación pública o privada de estas ayudas.
La forma de conseguir una subvención depende de los criterios de adjudicación establecidos en las convocatorias correspondientes. Una forma de conocer las ayudas o subvenciones a las que acojernos puede ser acudiendo a las Cámaras de Comercio o Asociaciones Empresariales de nuestra zona o región. Las autonomías en sus consejerías correspondientes también establecen partidas para estos fines, así como los diferentes ministerios, por lo que es conveniente una buena información previa del tipo de subvenciones disponibles para el perfil de nuestro negocio o empresa. Recuerda que además de las ayudas públicas existen otras de tipo privado, por lo que puedes acudir a los buscadores de internet para controlar las posibilidades.
En cualquier caso, un buen plan de empresa o negocio es fundamental para conseguir atraer capitales hacia nuestro proyecto. La documentación empleada debe ser profesional, completa y adecuada para demostrar que nuestros planes son posibles y que el dinero se destinará de forma adecuada a cumplimentar los pasos marcados en la correspondiente memoria. En ella debes incluir de forma inexcusable: la cantidad de dinero solicitada, la forma en que planteas invertir el dinero, el sector donde se inserta tu empresa y las posibilidades reales de mejora respecto al resto.