A día de hoy no es tan raro que se produzcan inversiones en el extranjero por parte de pequeños inversores. Si disponemos de unos pequeños ahorros nosotros también podemos adentrarnos en este mundo y hacer crecer dichos ahorros.
Si lo que queremos es invertir en el extranjero de forma más o menos segura, es decir, sin mucho conocimiento de la materia más que invertir mediante la compra y venta de acciones de empresas particulares lo que se recomienda es invertir en otro tipo de productos financieros.
El más sencillo de todos son los fondos de inversión, tan sólo deberemos buscar uno que pensemos que puede resultar atractivo. La ventaja que presenta es que normalmente no se necesita realizar una inversión mínima y que si no encontramos información sobre el producto podemos ponernos en contacto con el equipo gestor que esté a cargo de dicho fondo para ofrecernos toda la información que requiramos antes de invertir en el.
No todo es bueno en este tipo de productos, las pegas o los peros es que a diferencia de las acciones este producto sólo se puede vender en un momento del día al que se le deberá descontar las comisiones y los cambios de divisa en caso de existir. Es decir, no tendremos libertad de decisión a la hora de vender o comprar el producto. El aspecto positivo es que tienen la misma consideración fiscal que tienen las acciones por lo que no generaremos beneficios o pérdidas hasta el momento en que decidamos vender o comprar.
Así pues si quieres adentrarte en este tipo de inversiones es la mejor forma de familiarizarte con los mercados y tomarlo como un primer paso antes de adentrarte a otros productos más especializados.