En más de una ocasión, especialmente en lugares de veraneo o en recintos inmediatos a grandes eventos o festejos, nos hemos podido sentir estafados al no conocer los precios de lo que pedimos por anticipado, no recibir un recibo con el desglose de lo que hemos consumido y su coste ni tener la opción de poder ver reflejado los precios en ningún lugar. Sin embargo, existe una normativa de aplicación oficial para todos estos locales de hostelería y restauración que les obliga a seguir unas indicaciones referentes a la forma de exhibir los precios de las consumiciones y de los servicios proporcionados.
En primer lugar, la lista de precios debe ser pública y estar visible para los clientes en un lugar accesible. Generalmente debe estar junto a la puerta, para que sea el acceso libre y con conocimiento de los precios antes de forzar situaciones como el abandono del local al ver la carta.
Del mismo modo, debe señalarse si existe diferencia de precio entre el servicio en barra, comedor o terraza y cuál es el sobrecoste aplicado a cada consumición. Esta información debería reflejarse en el correspondiente ticket que se expide en cada servicio o al final de la estancia en el local.
En caso de no conformidad con los precios o el servicio dispensado, el cliente tiene la posibilidad de solicitar una hoja de reclamaciones, que debe ser facilitada en el mismo momento en que sea requerida. Debemos estar atentos a que no sea una hoja de sugerencias, hay un modelo oficial que consta de varias copias idénticas, una de ellas para nosotros. Con dicha hoja de reclamaciones, podemos acudir a la oficina de atención al consumidor, donde podrán indicarnos las acciones más convenientes.