Al recibir nuestra nómina al estar trabajando por cuenta ajena nos puede llamar la atención uno de los conceptos que aparecen en ella. Nos referimos al concepto que aparece con el nombre de IRPF.
El IRPF no es otra cosa que un tipo de retención que se aplica en base a nuestro sueldo. Esta retención viene determinada por unos baremos que facilita la administración pública y no pueden ser escogidos ni por el trabajador ni por el empresario. Así hay establecidos por ley cuatro tramos siendo el mínimo el 24% para sueldos hasta los 17.000 euros; del 28% para sueldos que van desde los 17.000 a los 32.000 euros; del 37% para los que van de los 32.000 euros a los 52.000 y del 43% para todos los sueldos que superen dicha cifra. Estos baremos pueden modificarse cada año por lo que deberemos informarnos sobre que IRPF es el que nos corresponde y cómo nos puede afectar ya que aunque nos corresponda un aumento de sueldo puede que nos llevemos la sorpresa final de quedarnos con una cantidad neta de la nómina menor a la anterior del aumento al haber subido de tramo.
Por último, debes saber también que el IRPF también recibe ajustes dependiendo de si poseemos menores a nuestro cargo o de personas mayores ya que dichas personas dependerán de nuestra nómina. Estas deducciones pueden variar desde los 1.800 euros por la primera persona que tengamos a nuestro cargo y alcanzar los 4.200 euros en adelante si poseemos más de 3 personas que dependan de nosotros.